La verdad que es un placer poder volver a caminar por su alameda como en los viejos tiempos, sin tener que sufrir gritos y bocinazos de desconsiderados choferes y cobradores así como un ambiente contaminado por el smog.
Da gusto sentarse en sus banquitas a mitad del paseo y deleitarse contemplando sus añejos árboles, testigos mudos de varias generaciones de miraflorinos.
Confiamos en que la actual gestión del Alcalde Manuel Masías Oyanguren, seguirá velando por la conservación de espacios como éste.
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